50 sombras autocaravanistas

por El sector, On Road World

No siempre los números hablan pero, a veces, éstos resultan realmente concluyentes y esclarecedores. Tras 50 números publicados y un ingente trabajo a favor del Turismo Itinerante en nuestro país, hemos llegado a varias conclusiones: la primera es que este tipo de turismo evoluciona favorablemente, siempre y cuando nuestras peticiones no choquen frontalmente con la estructura inamovible de un sistema que escucha en demasía al denominado sector del «Camping-Caravaning», y mira con recelo al colectivo autocaravanista, que lo único que pide es una Regulación lógica para poder viajar con todas las garantías. De hecho, resulta incomprensible que, en algunos municipios de España, todavía no sean conscientes de que un vehículo de estas características puede aparcar en cualquier lugar de la vía pública, sin más restricciones que las que impone el propio código de Circulación.

La segunda conclusión a la que hemos llegado es que los ataques al colectivo autocaravanista son cíclicos y coinciden con periodos en los que los autocaravanistas somos más visibles: Semana Santa, vacaciones de verano, puentes, etc… Y es justamente antes de estas fechas, cuando los empresarios de este sector aparecen en los medios de comunicación, sacando a pasear su dialéctica, en un claro ataque hacia la libertad de movimiento de los autocaravanistas, pues lo que reclaman es que la pernocta fuera de sus instalaciones esté prohibida.

Libertad de movimiento

Cuando una persona apuesta por nuestra forma de viajar y hace un desembolso de dinero tan importante como el que supone la compra de una autocaravana, lo hace porque apuesta por una forma de hacer turismo en libertad, que le permite viajar y disfrutar de su tiempo de ocio como ninguna otra. Sin embargo, el sinsentido de este sector va más allá, ya que esta persona, por el simple hecho de haber adquirido una autocaravana, se encontrará con una realidad injusta en forma de decretazos ilegales, que coartan nuestra libertad de movimiento y que, en muchas ocasiones, nos obliga a pasar de largo y a no visitar un lugar determinado para no tener problemas.

Lo cierto es que, cuando compramos un vehículo de ocio, lo hacemos para disfrutar del mismo y no para tener que estar en continúa guerra con alcaldes, policías municipales y personas que demandan un Turismo de calidad, dentro del cual, no incluyen al autocaravanismo, un contrasentido si tenemos en cuenta que la inversión mínima por tener un vehículo nuevo de estas características, ronda los 45.000 euros en adelante.

Autocaravana Versus Turismo de segunda

Donde unos encuentran posibilidad de negocio, otros ven una amenaza en forma de autocaravana, de mala imagen y de turismo de segunda. Muchos de estos alcaldes con prejuicios ven en nuestra forma de viajar un compendio de desagradables coincidencias, que van desde la ilegalidad, pasando por la apariencia desaliñada, o por la poca cultura que se supone debemos tener, por viajar en autocaravana. Todos estos clichés están tatuados a fuego por años de incultura turística y, sobre todo, por un desconocimiento tan brutal del colectivo, que termina por castigar a lo desconocido y premiar a algunos establecimientos que, aunque no cumplen las mínimas necesidades que cualquier autocaravanista necesita en su día a día, sí cumplen el requisito más importante, el de intentar conseguir nuestro dinero.

Libre albedrio

Los campings, al igual que las áreas de estacionamiento o cualquier otro reciento preparado para albergar vehículos de estas características, deberían ser una opción más para que el viajero en autocaravana pueda escoger la alternativa que más se adapte a sus necesidades en cada momento, pero en ningún caso deberían ser una Obligación. De hecho, cualquier viajero, viaje de la forma que viaje, debería tener el derecho de poder elegir donde dormir y, sobre todo, el derecho de poder visitar cualquier lugar del mundo, sin importar que éste viaje en tienda de campaña, se gaste en un hotel 500 euros la noche, o viaje en autocaravana. Todos deberíamos tener los mismos derechos y las mismas obligaciones pues, de no ser así, estarían incurriendo en un delito de discriminación grave hacia todo un colectivo.

Con la ley en la mano

Lógicamente los propios usuarios debemos ser conscientes de que existe una gran diferencia entre aparcar y acampar, y que cada una de estas dos modalidades afectará en nuestra relación con las autoridades competentes. Si únicamente estamos estacionados, nos regiremos por la Normativa Nacional de Tráfico, mientras que si acampamos, y lo que ello conlleva, (sacar mesas, sillas, toldo, etc…) estaremos incurriendo en un delito tipificado, ya que en España únicamente se puede acampar en zonas autorizadas.

Instrucción 08/V-74

Una autocaravana, además de un alojamiento, es también un vehículo, por lo tanto está sometido a las mismas normas y derechos de estacionamiento recogidos en el Reglamento General de Circulación. Esto significa que las autocaravanas no pueden ser privadas del derecho a estacionar en vías públicas, pero, a pesar de cumplir con todas las leyes, todavía nos podemos ver afectados por la interpretación errónea que algunos Ayuntamientos hacen de la normativa actual.

En este sentido, es siempre recomendable llevar a buen recaudo la Instrucción 08/V-74 de la Dirección General de Tráfico, de obligado cumplimiento, en la que se especifica claramente que si un vehículo está correctamente estacionado, sin sobrepasar las marcas viales de delimitación de la zona de estacionamiento, ni la limitación temporal del mismo, no es relevante el hecho de que sus ocupantes se encuentren en el interior del vehículo, por lo que una autocaravana no es ninguna excepción.

Sin tomaduras de pelo

Regulación sí, pero con los mismos derechos y obligaciones que el resto de colectivos, pues por mucho que se indignen los empresarios de camping e intenten coartar nuestras libertades, los autocaravanistas no tenemos la obligación de tener que ir a pernoctar a uno de sus establecimientos, sino es por el hecho en sí, de que al autocaravanista en cuestión, le apetezca pasar unos días en este tipo de establecimientos que se rigen por premisas que poco tienen que ver, con el concepto mismo de Viajar.

Texto: Loli Beltrán  ·  Fotografias: On Road Magazine

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