Viajar en Lata es una historia de dos humanas y una perrita, a bordo de una Mercedes Vario 6160
Entrevista a «Viajar en Lata«, dos barcelonesas que, junto a su perro Tahir, han decidido abrir una nueva etapa, en búsqueda de otros caminos vitales fuera de su zona de confort, para desintoxicarse y reinventarse, en un viaje sin fecha de regreso a bordo de un furgón camperizado al que han denominado «la Lata«.

Foto Superior: Castillo de Predjama, Eslovenia // © Viajar en Lata
Nuestras siguientes entrevistadas, Cris y Rita, son dos barcelonesas que viajan con su perro Tahïr, a bordo de una lata, en la que caben infinidad de historias que dibujan, amasan y comparten con mucho cariño. Cris es diseñadora gráfica, ilustradora e instructora de vela y windsurf. Hasta hace poco trabajaba en una pequeña escuela de windsurf, cerca de Barcelona, que compaginaba con sus propios proyectos de ilustración y diseño, bajo el nombre de @bonventbags, creando mochilas a partir del reciclaje de velas náuticas en desuso. Es aficionada a la música, al deporte, al arte y a todo lo que tenga relación con el mar, y siempre le ha gustado viajar a su ritmo.
Rita es educadora infantil y pedagoga, le encanta devorar libros, escribir relatos, contar cuentos y las artes escénicas (formación teatral y en doblaje) y todo lo relacionado con la cultura y la historia. Sueña con ser jardinera y tener una biblioteca ambulante. Cuando viaja le gusta fijarse en la forma de vivir de la gente, compartir sus costumbres, el idioma y aprender de su historia. ¡Si queréis conocer algo más de estas dos soñadoras que viajan en lata, os invitamos a nuestro rincón más íntimo y personal!
Los protagonistas

Foto Superior: Rita, Tahir y Cris, en la lata // © Viajar en Lata
¿En qué consiste «Viajar en Lata«?
Viajar en Lata surge de la necesidad de abrir una nueva etapa, buscando otros caminos vitales fuera de nuestra zona de confort. Por un lado, es un proyecto de aprendizaje, una oportunidad para conocer nuevos lugares, otras gentes y otras culturas. Por otro lado y más importante, Viajar en Lata es un proyecto de desaprendizaje y «desintoxicación»; es la forma que hemos elegido para reinventarnos, una manera de ponernos cara a cara con nosotras mismas, con nuestras debilidades y fortalezas; que nos permite identificar cuáles son nuestras necesidades reales para sentirnos bien y ser felices. Y por último, Viajar en Lata es un experimento sociológico a pequeña escala, donde ponemos a prueba nuestra convivencia, tolerancia y capacidad de cooperación.
Todas estas experiencias nos transforman día a día pero, además, nos gustaría compartirlas en forma de relatos ilustrados con algo de ficción en nuestro blog, al que empezamos a darle forma al principio del viaje y que ampliaremos cuando hayamos digerido esta primera gran aventura.
¿Quién se encuentra tras «Viajar en Lata«?
En esta Lata viajamos dos humanas y un perro, y cada una aporta su granito de arena. Rita pone la cabeza, calcula rutas, presupuestos y es la chef del equipo. Cris es la conductora, la manitas y la fotógrafa. Tahïr es la alarma, el explorador y el que nos activa cada mañana.
¿Cuánto tiempo lleváis viajando en este tipo de vehículos?
Antes de embarcarnos en este primer gran viaje, estuvimos 6 años disfrutando de Merceditas, una Mercedes Vito que adaptamos con un mueble cocina muy básico y un sofá-cama de madera. Con ella recorrimos casi todos los rincones de Cataluña y gran parte de España. Estos años de escapadas en furgoneta hicieron que nos aficionáramos a la vida camper. Y, en parte, le debemos también esta afición a nuestro compañero perruno. Queríamos compartir nuestros viajes con él y, como nos resultaba muy complicado encontrar la forma de hacerlo y de alojarnos con facilidad, recurrimos a llevarnos una casita rodante.
En marzo de 2018 vendimos la furgoneta y un vehículo grande como «La Lata» era la evolución lógica para hacer un gran viaje con espacio para todos.
¿Por qué os apasiona viajar?
Las plantas, cuando llevan mucho tiempo en la misma maceta, necesitan un trasplante. A nosotras nos pasa lo mismo. De vez en cuando necesitamos cambiar de tierra y nutrirnos de experiencias fuera de nuestra maceta. ¡Para nosotras es una parte pasión y otra necesidad!

Foto Izquierda: Parque Nacional de los Tatras, Eslovaquia
© Viajar en Lata
¿Me marcho y lo dejo todo?
No estábamos huyendo de nada, así que una vez tomada la decisión de emprender esta aventura, fuimos paso a paso. Lo primero fue encontrar una casa con ruedas y pensar a grandes rasgos la ruta que queríamos hacer. El siguiente paso fue dejar el trabajo, vaciar nuestro piso y hacer y deshacer listas de cosas que llevar y cosas que dejar. Entre preparativos y viaje calculamos un año para hacer la ruta.
La euforia y la ilusión del principio dieron paso a organizar los temas burocráticos, los seguros, los papeles del perro y los papeles del camión. Y, aunque no planificamos muy detalladamente la ruta, si que necesitábamos estimar gastos y presupuesto. Así que conociendo el consumo medio de combustible, el precio medio del gasóleo en Europa, los kilómetros a recorrer, el tiempo y nuestros ahorros, fijamos un presupuesto mensual incluyendo posibles imprevistos.
Y por fin, ya en octubre, sin trabajo, sin piso y acogidas en casa de nuestros padres, hicimos la mudanza y pusimos a punto La Lata para salir el día 21 de diciembre, un mes más tarde de lo que habíamos planeado.
¿Ha sido complicado encontrar el momento justo para realizar este sueño?
Cuando se empezó a gestar la idea de Viajar en Lata coincidían distintas circunstancias que nos lo pusieron bastante fácil. Nos habían rescindido el contrato del piso dónde vivíamos y estábamos viviendo temporalmente en casa de unos familiares; el trabajo nos tenía un poco saturadas y no nos ofrecía la estabilidad como para atarnos a la ciudad; Rita estaba cerca de terminar la carrera y teníamos algunos ahorros. Tomar la decisión no fue difícil y una vez tomada fuimos encaminando la idea para hacerlo posible.
¿Qué es lo que más os ha costado dejar atrás?
Realmente las despedidas siempre cuestan, pero este es un viaje de ida y vuelta. Tenemos todo lo que necesitamos y gracias a Internet y a las redes sociales nos sentimos muy cerca de los nuestros. Este viaje también sirve para recordarnos que el hogar no es un lugar geográfico.
¿Por qué elegisteis «Instagram» para expresaros en Internet?
Este formato nos permite compartir el día a día de nuestro viaje con miles de personas, a través de fotografías y textos de una forma sencilla y eficaz. Nosotras lo utilizamos como diario de viaje, contamos los kilómetros, los días que llevamos, los lugares en los que hemos estado y algunas anécdotas. Cuando haces un viaje largo y cambias de lugar casi cada día es importante apuntarlo todo para recordar dónde has estado.
Por otra parte, nos permite contactar directamente con otros viajeros, conocer otros perfiles afines y ayudar a otras personas que están planificando rutas parecidos o que nos preguntan sobre la camperización del camión.
Hablando de viajes

Foto Superior: Parque Natural Krka, Croacia // © Viajar en Lata
¿Cómo organizáis vuestros viajes?
Organizar, organizamos poco. No usamos guías de viaje, pero sí que recurrimos a blogs y recomendaciones de otras viajeras para pensar cada etapa de la ruta. A pesar de usar algunas apps para ubicar lugares de servicio y lugares de pernocta, nos gusta tener un mapa de papel dónde hacer y deshacer rutas.
¿Viajes planificados al detalle o preferís improvisar?
Nos gusta improvisar, aunque después de los dos primeros meses recorriendo España y Portugal entendimos que es necesario tener una mínima idea de cuáles van a ser nuestros siguientes pasos. Por eso, intentamos planificar etapas cortas pero nunca muy detalladamente como para sentirnos frustradas si el plan cambia.
¿A la hora de elegir un lugar de pernocta, cuál es vuestra preferencia?
Lo bueno de viajar de esta manera es la libertad de decidir lo que más necesitamos en cada momento. Preferimos lugares en la naturaleza dónde estar tranquilas, disfrutar de los paisajes y dejar a nuestro perro explorar libremente. Por otro lado, hay momentos en los que necesitamos áreas de servicio, lugares cerca de supermercados o lugares donde estar seguras si la climatología se tuerce. En estos casos, siempre que podemos acudimos a áreas gratuitas, aunque hay días que nos apetece buscar un camping donde acampar y “desparramarnos”.
¿Cuál es el lugar más bonito en el que habéis pernoctado?
Hay lugares de los que no nos iríamos. Es difícil escoger uno en concreto, por eso nos quedamos con dos sitios a los que volveríamos. Uno es Zelenkovac, en las montañas de Bosnia y Herzegovina, para nosotras un sitio especial. Se trata de una pequeña eco-aldea construida en torno a un antiguo molino de agua. En los ’80 fue una comuna de artistas y, después de resistir la guerra de los Balcanes, ha ido creciendo gracias al trabajo de voluntarios venidos de todo el mundo: sin duda un rincón de naturaleza, paz y descanso, dónde refugiarse del mundanal ruido, ya sea como visitante o como voluntario. Nosotras estuvimos dos días y ya tenemos previsto volver a contribuir con el proyecto en un futuro no muy lejano.
En segundo lugar y como amantes del mar, no podemos evitar mencionar las playas del Alenteixo portugués, muy salvajes, con impresionantes dunas y olas para surfear. Especialmente agradable fue nuestra pernocta en Praia da Bordeira, por la inmensidad de sus dunas (desiertas en temporada baja) y del océano que oímos rugir desde la cama.

Foto Superior: Pantano de Fermentelos, Portugal // © Viajar en Lata
¿Lo mejor y lo peor de esta forma de viajar?
Lo que más nos gusta es la posibilidad de sentirnos libres y explorar, a nuestro ritmo, con nuestras normas y horarios. Salir de las rutas turísticas y tener nuestra casa en cualquier lugar. A veces es difícil encontrar lugares de pernocta tranquilos, seguros y dónde sentirse bien recibidas. Esto se hace duro, sobre todo cuando tenemos ganas de descansar unos días y no encontramos un lugar que invite a ello. En esas ocasiones no queda más remedio que dormir en el mejor lugar posible y retomar la carretera el día siguiente a pesar del cansancio.
¿Qué consejo daríais a una persona que se inicia en el mundo del viaje en libertad?
Lo principal es escoger bien el vehículo en el que quieres viajar, según tus necesidades y el tipo de viaje que quieres hacer y cómo lo quieres hacer. En rutas largas es importante no tener prisa y ser muy flexible con el plan. A menudo son muchas horas de carretera y es mejor no saturarse y además ir despacio ayuda a ahorrar. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la libertad de una termina dónde empieza la del resto. Por eso es básico ser respetuosas con el entorno y con la gente que vive en los lugares que visitas. También les diríamos que, a pesar de lo que se piensa, para viajar de esta forma no hace falta ser rico, pero si tener las cuentas claras, priorizar asuntos y aprender a ahorrar sin dejar de disfrutar de la ruta. Y por último, recomendaríamos fervientemente tener un buen seguro de viaje, nunca se sabe que puede pasar.
¿Qué banda sonora os acompaña en vuestros viajes?
En nuestros viajes siempre nos acompaña la música, de hecho no sabemos viajar sin ella. Del rock al folk, pasando por la rumba o el reggae. Tenemos un USB que vamos renovando para no aburrir las canciones, pero nunca pueden faltar Xavier Rudd, la banda sonora de Big Little Lies o el ritmo de Balkan Beat Box. También nos gusta sintonizar la radio allí donde estemos y conocer la música de cada lugar, parece mentira, pero es una buena manera de zambullirse en el país. Y, si no hay música, la hacemos nosotras inventando canciones absurdas sobre lo que se nos ocurre o haciendo versiones cutres con la guitarra.
¿Sin qué objeto no podríais salir de viaje?
Más allá de los objetos que consideramos imprescindibles para estar en ruta (gps, wifi, documentación…) en nuestros viajes nunca faltan una o más cámaras de fotos, libros para leer, un estuche y una libreta. Pero si hablamos de practicidad, siempre llevamos una navaja, un mechero y cinta americana.
El vehículo

Foto Superior: Cris y Rita en la Lata // © Viajar en Lata
Presentadnos a vuestro compañero de viaje.
La «Lata» es una Mercedes Vario 616D del 2008, con 156Cv. Es un camión de 6 toneladas por lo que se conduce con el carnet C1 o C. Antes de ser un vehículo vivienda era un camión frigorífico. Su anterior propietario la compró como un camión chasis-cabina, y le puso una caja customizando y camperizando el interior hasta convertirla en lo que es ahora.
En nuestro caso, la cabina y la vivienda están separadas. El habitáculo, aislado y revestido de madera de pino, tiene 9 m² más la cama, que queda sobre la cabina. Disponemos de una gran cocina con todo lo necesario, un módulo de baño y ducha con agua caliente, un sofá cama doble, la cama y mucho espacio de almacenamiento junto con el maletero.
Tenemos un depósito de agua de 150 litros y uno de 60L de aguas grises, dos placas solares, nevera de 95L a 12v, cocina y calentador a gas, wc químico y calefacción. Así que podemos decir que no nos falta de nada.
¿Por qué lo elegisteis?
La elección no fue fácil. Tardamos tres meses en decidirnos entre una lista interminable de posibilidades. Hicimos un Excel con los pros y los contras de cada furgoneta o camión que habíamos seleccionado previamente.
Al final nos decidimos por La Lata, a pesar de que requería sacarse el carnet C y que se nos iba un poco de presupuesto. Tenía todos los requisitos imprescindibles que buscábamos a un precio razonable: un buen motor, una cama fija, agua caliente y wc, placas solares, no más de diez años, la pegatina de emisión de gases y espacio suficiente para estar de pie y poder vivir cómodamente sin sentirnos enjauladas. Pero, además, lo más importante para nosotras es que era un lugar muy acogedor. El hecho de estar camperizada de forma artesanal y con el mimo de alguien que le había dedicado muchas horas, le daba un ambiente cálido y distinto a los camiones, furgonetas o autocaravanas camperizadas de serie.

Foto Superior: Interio de la Lata // © Viajar en Lata
¿Estáis contentas con la elección? ¿Qué cambiaríais?
Después de unos meses en ruta y a pesar de los inconvenientes que puede tener por el tamaño y el peso, cada día estamos más contentas. Mecánicamente es un vehículo muy fiable y se conduce cómodamente. Como vivienda tiene todo lo que necesitamos para sentirnos como en casa y es suficientemente autónoma como para poder hacer kilómetros sin depender más que del combustible y los rayos del sol.
Aún así, como cualquier casa hecha a mano, tiene sus cosillas. Tenemos en mente hacer una reforma en el baño para mejorar el plato de ducha y el desagüe, así como sustituir el wc químico por un wc seco y ecológico. También nos gustaría arreglar la cubierta de la caja y los portones traseros, que tienen algunos desperfectos.
¿Con qué tipo de vehículo y distribución os veis en un futuro?
Hemos invertido todo en esta casa, por lo que por el momento no tenemos en mente cambiar de vehículo ni de distribución. Aún así, puestas a soñar, siempre comentamos lo divertido que sería tener un 4×4 y lo lejos que podríamos llegar.
Los destinos

Foto Superior: Praia da Bordeira, Portugal // © Viajar en Lata
¿Qué lugar os ha impactado más y por qué?
Aunque aún nos queda mucho por recorrer e intuimos que habrá muchos lugares que nos sorprenderán, Bosnia y Herzegovina ha sido un gran descubrimiento. Conocíamos muy poco de este país y al principio no estaba en la ruta, así que nos aventuramos a conocerlo con mucha curiosidad.
Es un país muy rural, que recorrimos muy despacio, por carreteras secundarias, sumergiéndonos enseguida en sus maravillosos contrastes; paisajes caóticos dónde desguaces y vertederos florecen entre cascadas y abetos; ciudades llenas de vida, diversidad cultural y gente amable, donde la guerra sigue muy presente; edificios con fachadas tiroteadas, pancartas reivindicativas y colinas repletas de cementerios, que se trenzan con parques naturales aún vírgenes, una lección de historia en cada rincón de un país que es un puzle de culturas, religiones y formas de vida distintas. Se trata de un país que está dividido literalmente en dos: al sur y al oeste, la Federación de Bosnia-Herzegovina, con un carácter más abierto, cosmopolita y con una mayoría de población musulmana, al norte y al este la República Serbia, donde los turistas no llegan, ondean banderas serbias en cada esquina y desaparecen las mezquitas y el alfabeto latino, una región con gentes más reservadas pero dispuestas a acogernos extrañadas de nuestra presencia.
Quizás por eso, por el momento Bosnia-Herzegovina es nuestro lugar favorito de la ruta, porque hemos podido conocer un país al margen de las rutas turísticas, un país auténtico que nos recuerda que las fronteras son solo líneas en un papel.
¿Qué país creeis que está más preparado para el turismo itinerante?
Por desgracia aún hay muchos países que no contemplan esta forma de viajar como algo enriquecedor y a veces es difícil sentirse acogida, no por la hospitalidad de la gente, que casi siempre nos recibe amablemente, si no por las facilidades y servicios que podemos encontrar a la hora de repostar y pernoctar. En este sentido, de los países que hemos visitados queremos destacar España (donde no es difícil encontrar servicios gratuitos y lugares agradables), Portugal (donde a pesar de ser un poco más complicada la pernocta, muchas estaciones de servicio tienen servicios para autocaravana), y por último Italia (donde hemos encontrado gran cantidad de áreas municipales gratuitas).
¿Alguna anécdota significativa?
No llevábamos ni un mes de viaje cuando descubrimos que tenemos «muy mala y mucha suerte». Saliendo de Antequera reventamos una rueda. Por suerte estábamos en la autovía, por desgracia era sábado. Lo bueno es que no nos pasó nada y pudimos parar en el arcén, lo malo es que salió volando el guardabarros. Paradas en la cuneta le pedimos a la aseguradora que nos mandara una grúa (había reventado una de las ruedas gemelas y no sabíamos si la otra estaba dañada).
Cuál fue nuestra sorpresa, cuando nos dicen que la póliza no cubre vehículos de más de 3,5 toneladas. En el encabezado de la póliza no figuraba el modelo correcto de vehículo, pero el mediador nos comentó que era un tema informático y que no les salía el modelo y añadió una cláusula para solucionarlo. Tras varias llamadas conseguimos que nos prestarán asistencia, pero nos dijeron que sólo por esta vez, que había que corregir el error en la póliza. Por suerte llegó una grúa con un mecánico amable, por desgracia la grúa era más pequeña que La Lata. Finalmente nos cambiaron la rueda y nos acompañaron a un mecánico que, por suerte, todavía no había cerrado y tenía ruedas de recambio.

Foto Superior: Pine Beach, Croacia // © Viajar en Lata
¿Tenéis algún viaje en mente? ¿Cuál será vuestro próximo destino?
El mundo es muy grande y la lista de lugares que queremos conocer, quizás no todos con La Lata, no hace más que crecer. Por lo pronto nos quedan algunas cosas en el tintero de nuestra ruta por Europa. Después de mucho pensarlo decidimos dejar para un futuro viaje los países del sureste europeo (Montenegro, Albania, Grecia, Bulgaria, Turquía, Rumanía y Serbia) a los que nos gustaría dedicar unos meses en exclusiva. Por otro lado y algo más factible a corto plazo, tenemos muchas ganas de recorrer Marruecos durante unos meses, y si de soñar hablamos, nos encantaría hacer una ruta desde Alaska hasta Patagonia.
Si tuvierais la oportunidad, ¿A qué época histórica os gustaría viajar?
Es difícil contestar a esta pregunta, porque, aunque hay muchas épocas históricas que nos interesan, hay muy pocas a las que nos gustaría viajar.
Quizás sería interesante hacerlo al Paleolítico y formar parte de un grupo de cazadores-recolectores; vivir en una comunidad reducida, itinerante, donde las relaciones sociales se basaran en la solidaridad y en la ética de compartirlo todo de forma que el grupo no pasara necesidad; vivir en un grupo donde la estratificación social fuera inexistente, dónde existiera la paridad entre sexos, donde todas las personas fueran importantes y siempre se buscaran vías alternativas a la violencia para resolver los conflictos; y, sobre todo, vivir con lo necesario en un sistema económico basado en el aprovechamiento de recursos naturales, sin agotarlos. ¡Vivir con los pies en la tierra!
¿Un sueño?
Soñar, soñamos mucho. Y cuando hablamos de sueños se nos agolpan unos tras otros. Pero ahora, en este preciso instante, soñamos con poder desarrollar un proyecto itinerante que nos permita vivir: una biblioteca, un taller creativo, un cuentacuentos, un cine sobre ruedas… Las ideas son muchas y tendríamos que encontrar la manera de rentabilizarlas para que, además de un proyecto y una ilusión, se puedan convertir en un modo de vida. No queremos lucrarnos, simplemente aspiramos a poder cubrir gastos y necesidades básicas haciendo algo que nos motive y nos permita seguir recorriendo lugares.
El sector

Foto Superior: Reserva Natural des Orpeillières, Francia // © Viajar en Lata
¿Cómo veis la situación actual del Turismo Itinerante?
A nosotras nos gusta pensar que somos viajeras, no turistas. Entendemos que el turismo es una industria que implica dinámicas propias y distintas de las personas que hacen del viaje su forma de vida (ya sea a tiempo completo o por largas temporadas). No llevamos guía de viaje, procuramos trazar rutas tranquilas, alternativas a las atracciones turísticas de cada país. Rutas que nos permitan salir del rol de «visitantes» y pasar a ser «vecinas». Inevitablemente hay momentos en que sí hacemos turismo, pero suelen ser raras veces y, casi siempre, hacemos un turismo poco ortodoxo y lejos del bullicio. Quizás sea porque venimos de un país muy turístico y de una de las ciudades más turísticas y gentrificadas del mundo. O quizás sea por el tinte de «desintoxicación» que tiene nuestro viaje.
Durante nuestra ruta, hemos visto cómo la cultura de viajar en un vehículo vivienda está muy asentada en algunos países mientras que en otros apenas existe y podemos llegar a sentirnos desubicadas. Pero, aunque nos cueste algún dolor de cabeza encontrar servicios de repostaje, preferimos los lugares donde todavía no se ha desarrollado la «industria» del autocaravanismo y dónde vivir de esta manera sigue teniendo su «puntito» de supervivencia.
¿Cómo te gustaría que fuera el futuro del Turismo Itinerante?
Deseamos que en nuestro país, aún siendo un lugar que vive del turismo, se consiga llegar a un equilibrio sostenible entre la recepción de estos turistas y la protección de los espacios naturales y de las personas que viven en estos lugares tan atractivos para disfrutarlos. También querríamos que la normativa de pernocta y acampada sirviera, no sólo para proteger los espacios públicos y naturales de las prácticas incívicas de algunos, sino también para proteger y dar seguridad a quienes viajamos sobre ruedas desde el respeto. ¡Una buena viajera es aquella que no deja huella!
Si quieres saber más sobre esta pareja y de su viaje por el mundo, puedes seguirlas a través de su cuenta de Instragam: @Viajarenlata
Entrevista publicada en el Magazine 85, en junio de 2019