Estacionamiento incontrolado de autocaravanistas extranjeros
España terminó el pasado año 2017 batiendo su propio record de turismo, con un total de 82 millones de llegadas de turistas internacionales, lo que supone un incremento del 8,9% respecto al año 2016, alzándose así con la segunda posición mundial, superando a Estados Unidos y solo por detrás de Francia, el indiscutible número uno del turismo a nivel mundial.
Dichos datos reflejan además que Reino Unido es el país del que proceden el mayor número de turistas, seguido de Alemania y de Francia, y es que el benévolo clima de nuestro país, unido a una excelente gastronomía y a una promoción cada vez mayor de nuestro importante patrimonio histórico y cultural, convierten a España en un destino realmente atractivo.
España, destino autocaravanista de primer nivel.
En cuanto al Turismo Itinerante, España también se posiciona como un destino turístico internacional de primer nivel y es que, según los datos ofrecidos por «Aseicar», se calcula que más de 250.000 autocaravanas llegaron a nuestro país el pasado año, algunas de ellas de camino hacia otros países, como Portugal o Marruecos, aunque cada vez son más los viajeros que deciden quedarse en nuestro territorio. En este sentido, Cataluña, la costa de Levante y Andalucía son los destinos más deseados por los turistas extranjeros, si bien la costa del cantábrico y el aumento de las propuestas enológicas y culturales del interior de la península, empiezan a atraer a más visitantes.
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El turismo de temporada baja
Este aumento de turismo, sin embargo, no solo se produce en los periodos vacacionales, sino que cada vez son más los jubilados de otros países europeos, los que deciden visitar España durante el invierno, para disfrutar de nuestro preciado clima a bordo de su autocaravana. Se trata de un sector de turismo en el que encontramos perfiles muy distintos de viajeros pero que, en su gran mayoría, coinciden en una premisa, la de permanecer varios meses en nuestro país.
Como cualquier otra forma de turismo, se trata de una importante fuente de ingresos para los municipios visitados y que resulta especialmente beneficiosa en temporada baja. Sin embargo, debido a que se trata de estancias tan prolongadas, son muchos los turistas que intentan minimizar al máximo sus costes. Evidentemente, no pueden reducirlos en servicios básicos, como la alimentación, pero eliminar el coste diario de tener que pernoctar en un área o camping, puede significar alargar su estancia varias semanas.
Parkings en foros
La costa mediterránea está repleta de lugares excelentes en los que, una autocaravana estacionada durante varios días, e incluso semanas, no representa ningún inconveniente. Sin embargo, ¿qué ocurre cuándo el mismo lugar es señalado en un foro de usuarios de autocaravanas de otro país y ocupado, poco a poco, por centenares de vehículos durante meses? Es en este punto donde la imagen del autocaravanismo se desvirtua y surgen los problemas, ya no solo por la presión de aquellos a quienes no beneficia nuestra libertad de movimiento, (campings), sino porque hosteleros e incluso residentes de las poblaciones, se oponen directamente a esta forma de hacer turismo.
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Cabanes pone cadenas
Desgraciadamente, son muchos los casos que podemos encontrar en nuestro país de estacionamiento abusivo de autocaravanistas extranjeros, como la pequeña población de Cabanes, en Castellón, donde, desde hace unos años, decenas de autocaravanas estacionan de «forma irregular» en un descampado situado en el inacabado «PAI de Torre La Sal”. Según señala la propia concejala de turismo, Virginia Martí: «el Ayuntamiento está a favor del Turismo Itinerante, pero esta situación se ha ido agravando hasta llegar al punto de que más de 50 vehículos se encuentran diariamente acampados en la zona, lanzando las aguas grises en lugares no habilitados y causando malestar a los vecinos y empresarios de campings, que viven de esta modalidad de turismo en Cabanes«.
Según nos explicó Virginia Martí, el ayuntamiento no ha podido actuar antes porque “al tratarse de una zona que forma parte del PAI de Torre La Sal, se debía aclarar quién era el ente responsable de tomar medidas contra la acampada ilegal, si el consistorio o la empresa propietaria de la urbanización”. Finalmente y tras conseguir obtener el permiso de la propiedad, el Ayuntamiento procederá a la colocación de cadenas, impidiendo la entrada de los vehículos al aparcamiento.
Legalmente protegidos
Sin embargo, no siempre resulta tan sencillo como colocar unas cadenas, como en el caso de la playa de la Malvarrosa, en Valencia, cuyo estacionamiento incontrolado de autocaravanas extranjeras, en temporada baja, provoca una saturación del aparcamiento y una escena que muchos califican de “poco digna”, debido al estacionamiento de forma incontrolada, el despliegue de elementos de acampada o el vertido de aguas grises en imbornales.
También son muchos los municipios murcianos, como Águilas, los Alcázares, Mazarrón o Cartagena, los que denuncian el masivo estacionamiento de autocaravanas entre los meses de octubre y abril, y protestan debido a que éstos viajeros se aprovechan de los recursos del municipio sin aportar ningún tipo de beneficio. Los propios agentes de la Policía Local reconocen que poco pueden hacer ante tal situación pues “a menos que desplieguen algún elemento de acampada o realicen algún vertido, tal actividad no es sancionable, algo que muchos de ellos ya saben”.
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Las áreas no logran ser la solución
Existen otros casos, como el del Ayuntamiento de Castellón, el cual optó por la creación de un espacio reservado para las autocaravanas que, sin embargo, no hizo más que atraer todavía a un mayor número de turistas extranjeros, que desbordaban la capacidad del área e inundaban los alrededores del Parque Litoral, en temporada baja. Afortunadamente, la alcaldesa de la ciudad ha sabido hacer frente a las presiones, creando un nuevo espacio junto al aeródromo que deseamos resuelva la situación.
Menos afortunado fue el caso de Els Muntells, en la provincia de Tarragona, cuya área municipal se convirtió en el punto de vertido de los autocaravanistas que visitaban el Delta del Ebro, y su uso incorrecto y la desconsideración a la hora de pagar el coste del vaciado, terminaron provocando que el Ayuntamiento y los habitantes del municipio, en general, no quieran volver a oír hablar de autocaravanas.
El problema a debate
El problema, sin embargo, va más allá de nuestras fronteras y varios medios se hacen eco del malestar de los municipios españoles, e incluso muchos autocaravanistas extranjeros han mostrado públicamente su descontento en foros especializados, destacando su derecho a la libre acampada, pero siempre de forma digna y respetuosa con los vecinos de la zona. Otros, sin embargo, argumentan la permisibilidad de las leyes españolas y su intención de beneficiarse de ellas mientras puedan.
Evidentemente, el aumento del turismo conlleva consecuencias, sin embargo, cuando se trata de autocaravanismo, las consecuencias de esta masificación la vamos a sufrir todo el colectivo. Sin duda, se trata de un asunto complicado, pues en la libertad de estacionamiento reside gran parte del atractivo de esta forma de viajar, pero cuando ésta se realiza de forma prolongada y sin la debida itinerancia, se convierte en un problema del que sería necesario empezar a debatir todos los agentes implicados, «asociaciones de usuarios y de empresarios», para lograr encontrar una solución rápida y efectiva al problema.